La capital alemana es conocida por todo el mundo sobre todo por su historia, pero su realidad es tan cambiante y tiene tan poco marketing comparado con otras capitales europeas que es imposible tener una idea de ella sin haberla visitado. Por eso acá dejo siete cosas sobre Berlín que probablemente no sabían.
1. No se habla alemán.
En realidad sí se habla y es la lengua oficial, no sean ingenuos. Pero es una ciudad realmente multicultural y en sus calles se oyen todo tipo de idiomas. Es raro que un Berlinés hablé solamente alemán, porque están tan en contacto con diferentes culturas que es imprescindible al menos hablar inglés.
2. No tiene centro.
Berlín no tiene un centro, tiene varios centros. En lo que sería propiamente el centro mismo de la ciudad se encontraba el muro de Berlín, por lo que hoy hay edificios importantes allí pero meramente simbólicos. La ciudad vive en otros puntos del mapa.
3. La zona antigua es una copia a París y Roma.
Es increíble ver cómo en la unificación de Alemania a fines del siglo 19 el Imperio Alemán quería hacer de Berlin una nueva París o una nueva Roma, y llama la atención como mucha de las edificaciones son un plagio encubierto de otros edificios de estas ciudades.
4. Es una ciudad sin escala humana.
Caminar en Berlin es imposible. Por eso se hace necesario tener una bicicleta o sacar pase de metro, porque caminando no llegás a ningún lado. Las cuadras son interminables y hay zonas en las que hay solo parques o edificios y no se encuentra ni un kiosco.
5. Los lugares más interesantes se encuentren del (antiguo) lado soviético.
Si bien los alemanes hablan mal de la RDA y tienen un amor por la libertad de la Alemania Occidental, los puntos más interesantes de visitar se encuentran casi todos del lado comunista. Y eso tiene una sencilla razón: los soviéticos no sólo se quedaron con la mejor parte de la ciudad en el reparto, sino que además Berlin siguió siendo la capital de la RDA, cosa que no sucedió del lado de los aliados.
6. Berlin no tiene un símbolo.
La ciudad tiene muchos edificios y monumentos que bien podrían ser el símbolo de la ciudad: la puerta de Brandemburgo, la torre de TV Fernsehturm (el edificio más alto de la Unión Europea), el Parlamento, el muro, la Torre de la Victoria, el Ampelmann (macaco de los semáforos). Pero la realidad es que ninguno de ellos lo es, sobre todo por la cambiante historia de la ciudad.
7. Donde murió Hitler hoy es un parking.
Encima del búnker donde se suicidó Adolfito hoy no hay nada. Un pedregullo donde estacionan autos. Los alemanes tienen bien presente la Segunda Guerra Mundial con homenajes de todo tipo y monumentos, pero a los nazis no los recuerdan ni con una plaquita que los mencione. De hecho donde se encontraba el edificio del Fürer hoy es un restorán de comida rápida de pollo.
Cómo me gusta saber de tus viajes!
Y qué interesante lo que decís de Betlin!
Dan ganas de ir a visitar.
Un abrazo Lean!
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