
Así se veía Rotterdam luego del bombardeo nazi de 1940. | Fuente: archives.gov
Rotterdam es uno de los principales puertos de Europa. El segundo para ser más preciso. Pero al estar ahí el puerto pasa desapercibido y las construcciones en tierra pasan a ser las protagonistas: tiene una arquitectura moderna e impactante, hija del bombardeo nazi que la destruyó en 1940.
Me lo habían advertido y lo noté al llegar. La estación central de trenes lucía un poco fría y desolada por dentro, pero al salir afuera lo primero que hice fue sacar la cámara y empezar a tomarle fotos. Es un edificio con forma de teatro puntiagudo ubicado entre edificios de cristal.
Si habría que describir la arquitectura de la ciudad en una frase, además de moderna, se podría decir que es un juego de figuras geométricas. Todos los edificios tienen su formita particular, sin caprichos ni decoraciones pomposas. Todo simple, básico, funcional, holandés.
El edificio preferido es el mercado central, el Markthal, que es un arco que aloja en el patio interior a todos los puestos y locales, y en sus paredes -techo- tiene viviendas. Además, en el interior tiene una obra de arte gigante y colorida. Cuando fui al mercado estaba medi muerto porque era temprano, y en realidad como es holanda los precios no eran muy populares, pero en realidad ir ahí es todo una experiencia. Y es un mercado en que lo que se vende es lo que menos importa.
El mercado además queda en un punto clave de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Porque frente a ella está la biblioteca de Rotterdam, otro edificio bastante particular, y una estación de metro con forma de Ovni. Y a menos de una cuadra también están las casas cubo, un complejo de viviendas que como pueden imaginarse tiene forma de cubo. «¡Qué bobada!», dirán ustedes. Y sí, craquitos, una bobada si no fuera porque los cubos están inclinados 45º y los juegos de espacios dentro de ellos terminan siendo un poco extraño.
En fin. Hitler tiró las bombas y los holandeses aprovecharon el lienzo en blanco del dolor para crear una ciudad increíble. Habrá edificios más lindos que otros, otras más insípidos que otros. Pero ir a Rotterdam es como ir a un museo de arquitectura contemporánea.
Comparto con ustedes algunas fotos de la arquitectura de la ciudad holandesa.
Llamado Erasmus no por los jóvenes que van a enfiestarse al extranjero diciendo que van a estudiar sino por el filósofo que nació en esta ciudad holandesa. El puente tiene forma de cisne y conecta la parte sur con la parte norte de la ciudad.
El edificio que se roba toda la atención por lejos. Tiene forma de ver U invertida. En la parte de adentro tienes un mural gigante, que es en la zona donde se encuentra el mercado, y la parte de las U propiamente dicha es zona residencial, con gente viviendo en lo que sería las paredes/techos del mercado.
Otro de los edificios icónicos de la ciudad es el lápiz, que se puede ver desde dentro del Mercado central por una de sus paredes de cristal.
Los parques son muy particulares, con juegos que usan una falsa perspectiva para crear la sensación de objetos tridimensionales que en realidad no son otra cosa que rejillas para trepar.
En la segunda guerra mundial los nazis bombardearon completamente el centro de la ciudad y lo destruyeron para luego ocuparía. Hay monumentos dedicados a esta época de la ciudad, como esta estatua de una mujer gritando al cielo, que es una personificación de la ciudad durante el bombardeo aéreo de los nazis. Por la perspectiva no se aprecia bien, pero en el pecho tiene un agujero como metáfora del corazón ausente (porque se lo quitó la guerra, y también porque la ciudad vio desaparecer su centro de un momento para el otro).
Los monumentos que recuerdan el momento en que la ciudad fue destruída por los bombardeos nazis están por todos lados, como este que recuerda a una iglesia que desapareció junto a un trabajador que estaba cruzando la calle.
Este edificio, la Casa Blanca de Rotterdam (Wite Huis), fue uno de los pocos que sobrevivió al bombardeo. En 1898, año de su inauguración, fue el rascacielo más alto de Europa. Hoy, pierde por petiso.
La estación central es lo primero que uno ve todo el que llega a la ciudad y no lo hace en auto. Un edificio moderno y que llama la atención con su techo plateado y quebrado.
En Rotterdam el cielo se ve en todos lados, porque el cristal de los edificios lo refleja permanentemente.
Los edificios de cristal tienen diferentes formas y colores, y compiten por ver cuál es el más alto, vidriado y minimalista de la ciudad.
Los pedazos de cielo están por todos lados reflejados en las paredes vidriadas de los edificios.
Es un complejo de viviendas que tiene forman forma de cubos torcidos, y pintados con un amarillo cremita que no las favorece.
Se puede entrar al complejo de viviendas, y de la casas hay una que es de muestra y por 3€ se puede visitar por adentro.
Las formas geométricas de las casas forman sombras y reflejos que lo sitúan a uno en una especie de pasadizo.
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