
Santana tirando magia y demagogia en Potsdam.
Mi entrada a Berlín no fue triunfal. Más bien fue lo contrario, pero con el paso del tiempo fue mejorando rápidamente, para mostrarme por qué hoy Berlin es Berlin y Kesman es Kesman. Acá les dejo un recuento de lo que me pasó.
DÍA 1
- En la madrugada la policía alemana para el bus para hacer una inspección. A la mierda la Unión Europea y bendito espacio Schenguen. Vuelven a pedir pasaporte cada vez que se cruza una frontera. La policía alemana nos hace bajar a todos a chupar frío afuera e inspecciona el bus y el equipaje con perros y detector metales. Unos adolescentes alemanes llevaban porro y por eso estuvimos demorados hora y media.
- Llego a la estación. Me cuesta encontrar Internet pero robo de los buses que vienen y van de la terminal. El chino que me va a alojar por Couchsurfing no me responde porque duerme.
- Hago tiempo en la terminal pero como el chino sigue sin responder, me decido a comprar un café para hacer cambio y tener monedas para usar los lockers de la estación. Así dejo la mochila y me voy a recorrer la ciudad,
- Arranco a caminar. Me cruzo con un tipo que me balbucea algo y hace con señas que quiere una foto. Era peruano y me pongo a hablar. Me despido y sigo caminando.
- Camino y camino y no hay nada. Sólo me encuentro con un supermercado en el camino y se supone que es una avenida importante porque atraviesa la ciudad de punta a punta.
- Como a treinta cuadras aparece por ahí la torre de la victoria. Entro, subo, coso, nada del otro mundo. Una copia barata al Arco del Triunfo de París. Sigo caminando en dirección a la puerta de Brandemburgo.
- Cuando estoy por llegar, se corta la calle. Esa noche juega Alemania por la Eurocopa y pusieron una pantalla gigante en la puerta y por eso cerraron todo el predio.
- Sigo caminando y sigo sin encontrar mucho. Por lo menos ahora estoy en el centro. Veo la puerta de Brandemburgo y sigo. Se supone que ahora sí empieza la ciudad.
- Nada. Sólo tiendas de souvenir, edificios enormes y al pedo que hacen de las cuadras eternas.
- Ya estoy un poco cansado pero sigo caminando. Un poco puteando.
- Finalmente llego a la Alexanderplatz, una de las principales plazas de la ciudad. Tampoco hay mucho. Sólo gente y tiendas y una torrecita que es alta pero no linda y tampoco me aporta nada.
- Encuentro un supermercado finalmente y me compro algo para comer.
- Trato de buscar WiFi para ver en qué anda el chino pero todas las conexiones piden usuario y nosequé y sigo frustrado.
- Ya se hizo tarde y pienso que debería volver caminando despacio, a buscar mi mochila a la estación y ver si el chino se digna a aparecer. Se supone que vivía cerca de la estación.
- Hago el largo trecho de vuelta. En el camino paso por la biblioteca Nacional. A veces son lindas y tienen los diarios del día para leer, interné y demás. Pero me piden un carné para entrar. A la mierda biblioteca.
- También paso por el Museo de la Bauhaus. Son las cinco y recién cerró. A la mierda museo. Sigo caminando.
Llego a la estación cansado. Agarro mi mochila y Robo WiFi de buses. El chino respondió y nos vemos a las nueve. - Voy a las nueve de la noche a lo del chino. Nunca me dijo qué botón del portero apretar. Lo espero afuera 5, 10, 15, 20 minutos y no sale. Chino pelotudo.
- Vuelvo a la estación a robar WiFi de los buses. Le mando un mensaje chino diciendo que estuve afuera, que no me dijo el nombre de su puerta. Me dice que vaya.
- Voy y me espera el chino. Me hace pasar a su habitación. Recién empieza el partido de Alemania de la Eurocopa y nos lo ponemos a ver. Me cuenta que es de nosedonde en China y que fue a Alemania a estudiar una maestría pero que no está estudiando porque todavía no pudo entrar a ninguna universidad.
- Termina el partido. Pierde Alemania. El chino se quiere dormir. Yo también porque estoy cansado.
- Me voy a acostar en una camita al costado y me dice que ahí no, que no tiene sábanas. Que me acueste con él en su cama.
- Me acuesto y me duermo al instante.
Dia 2
- Estoy medio entredormido y el chino me pregunta algo. Le respondo algo todo dormido como para sacármelo de encima. Miro el celular y son las 6. Sigo durmiendo.
- El chino se levanta y se vuelve a acostar
- A las 8.30 se despierta y me despierta. Me pregunta si recuerdo qué me preguntó. No.
- Me dice que me preguntó si podía poner su brazo encima mío. Para qué, le pregunté. «Porque soy gay», me dice. Chino acosador. Insiste. Le digo que no. Le digo que yo no, y que una cosa es que él sea gay y otra cosa es que estemos juntos.
- Me pregunta si tengo algún problema con eso. Le digo que no, pero que no quiero hacer nada con él. Me pide que le dé la mano. Le digo que no. Insiste. Que no, chino del orto.
- Me dice que tengo cara de cansado. Y si, sorete, me despertaste temprano para toquetearme. Chino depravado.
- M dice que se tiene que ir. Es obvio que lo hace para despacharme porque no lo dejé tocarme. Le digo que me espere que me quiero bañar antes de salir. Me dice que sí pero que me apure. Hijo de puta, me había dicho que no tenía nada para hacer.
- Me baño y salimos. Él para su lado y yo para el mio. Me dice que hoy no vuelva hasta las 9 de la noche porque quiere ir al gimnasio.
- Arranco a caminar hasta el estadio olímpico. Lo veo rapidito y salgo.
- Me tomo el metro y me bajo para ir a un museo del muro de Berlín. Ni bien salgo, mi teléfono encuentra en medio de la nada una conexión WiFi.
- Un francés al que le había pedido alojamiento por Couchsurfing y no me había respondido me pregunta si ya había conseguido lugar. Le digo que sí pero es un chino depravado con el que no me quiero quedar. Me dice que vaya a su casa y me quede con él, que ahora está ahí y me deja las llaves.
- Voy.
- Llego y me estaba esperando ahí. También había otro Leandro brasilero que se estaba quedando ahí pero que vive en Alemania.
- Me pongo a charlar con el francés. Le cuento del chino depravado y le digo que a las nueve tengo que ir a buscar mis cosas a su casa. Me dice que qué situación incómoda y me muestra cosas para hacer en Berlin.
- Me cuenta de una estación que usaban los americanos para espiar a los soviéticos que está ubicada en una montaña que hicieron con los escombros de la Segunda Guerra Mundial, que ahora es un espacio todo grafiteado y es su lugar favorito en la ciudad.
- Me quedo un rato aprovechando el WiFi y cargando batería y me decido a salir. Me dice que lleve paraguas que va a llover y me da el de él.
- Salgo y voy a hacer el tour gratis por la ciudad dado por una chilenita.
- Termina el tour y empieza a llover. Gracias franchute por el paraguas.
- Me tomo el metro y voy a lo del chino a recoger mis cosas.
- Llego pero el chino no aparece. Me abren los otros que viven con él pero me dicen que no está. Salgo. Chino de mierda.
- Lo espero en la puerta y llega el chino 9.15 en su bici.
- Me abre y paso. Le pregunto cómo estuvo el gimnasio. Me dice que normal.
- Le digo que me voy porque un amigo me invitó a salir y que esa noche no duermo con él para no molestarlo, que me quedo en lo de mi amigo. Me dice que bueno. Que no me olvide de nada.
- Salgo. Me olvidé de la toalla en el baño. Mierda. Mejor que se quede ahí.
- Voy a lo del francés. Me dice para salir de noche con sus amigos, pero al final los planes se caen y no salimos.
- Duermo.
DIA 3
- El otro Leandro llega como a las 3AM y toca timbre porque se había olvidado de las llaves y venía de trabajar. Me despierta pero sigo durmiendo.
- El francés se levanta a las 9, se baña y se pone a hacer el desayuno.
- Yo me levanto un poco después y me dice si quería desayunar. Nos ponemos a desayunar y a charlar un poco de todo.
- Me quedo un rato ahí planeando qué voy a hacer en el día y salgo como a las 12. Me dice de un mercado de ahí cerca que está bueno, y que él seguramente de tarde no esté. Que cuando yo vuelva en la tarde deje las llaves, porque esa noche me voy para Potsdam, a la casa de otra couchsurfera.
- Nos despedimos, le agradezco haberme salvado de la mafia china y me voy.
- Camino al mercado que me dijo. Lo vicho, saco fotos y sigo.
- Voy a la estación americana en la montaña que me contó el francés. Queda un poco lejos pero con el metro y una caminata larga se llega.
- En la puerta hay un barbudo de harapos cobrando la entrada. Le doy los 5€ y paso.
- Entro y quedó asombrado. Saco mil fotos. Me quedo sin memoria en la cámara y sigo con el celular.
- Voy a un museo gratis sobre el muro de Berlín que me había recomendado el francés.
- Salgo y voy con el metro hasta la East Side Gallery, una galería de arte sobre el muro de Berlín. La vicho pero tampoco hay mucho. Me lo había advertido el francés.
- Vuelvo al apartamento a cargar la batería, agarrar mis cosas y marcharme a Potsdam. La chica que me iba a alojar me dice que ese mismo día también se iba a quedar alguien más, si no había problema, porque había un concierto gratis de Santana. ¡¿Cómo?!
- Llego a Potsdam a la noche y la casa queda al lado de la estación de tren. Gol.
- Me reciben y son súper amables. Cero alemanas. Me dicen que una de ellas se está aprontando para ir a ver a Santana. La otra no sabe, pero me preguntan si voy. Voy.
- Agarramos las bicis y vamos.
- Carlitos ya había empezado pero quieren achicar afuera porque quieren fumar un porro y adentro capaz que les hacen lío. Fuman y entramos.
- Luchamos por llegar a un lugar decente.
- Al lado mío tengo un viejo que no baila, no canta, no aplaude, no disfruta y empuja a todo el que pasa por al lado de él. «Muy alemán todo», me dice la alemana para explicar el comportamiento del amigo que bien podría estar en su casa disfrutando más.
- Santana tira un par de frases demagógicas «peace, love, nosequé». Los alemanes no comen tan fácil, Carlitos. Igual algunos bailan y otros siguen el papel de alemanes fríos y aburridos.
- Termina el concierto y todo el mundo para su casa.
- Cómo mejoró la cosa en tres días, pienso.
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1.jajajaja…
2.el estilo … está inspirado en el carácter alemán?
3 Me quedé con el hecho de que cuando todo parece «perdido» te salva el chico francés. Ni antes ni después. Algunos dirían que fue tu ángel de la guarda…;)XDXDXD
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